todos tenemos que hacer alguna vez un nocturno por decir tres que nocturnearon chopin cortázar girondo -otros hicieron nocturnos pero no tenían nombre alejandra pollock bach- las mujeres hacen nocturnos todo el tiempo se ovillean y se deshilan lagrimalmente solas solas solas las mujeres que siempre son nocturnas -y siempre son solas- los varones nocturneamos pero por otra cosa otra cosa que siempre son mujeres los gatos que saltan desde el piso a la tele las películas sinfinal sorpresa los papelitos que dan vuelta por la calle las computadoras y sus pantallas blancas son ejemplos cotidiano de lo nocturno que a veces se confunde con la tristeza aunque no tiene nada que ver lo nocturno está en eso que late desde adentro: las nocturnas canciones las nocturnas palabras los nocturnos minutos y esa nocturna búsqueda de un nocturno -nocturno- | Para escribir un nocturno No hace falta sentarse en el mc donalds del obelisco Y mirar a los turistas sacar una y otra vez la misma foto Ni hace falta volver al sur por la nueve de julio Ni que vengas a la noche a caminar por los adoquines Del barrio inglés Para escribir un nocturno Las mujeres necesitan Cholulearse con una peli berreta Tomar un espumante Y mirar al costado y ver Ese hombre que se esfuerzan en reinventar Todas las noches. Los hombres necesitan Inventar la trascendencia Ponerle piernas de mujer Desearla Confundirla con una ciudad Embriagarla Negar la trascendencia Hacer una lista infinita de mujeres que son iguales a una mujer O a una ciudad, o a la vida Ur.vida ur mujer Re inventar la trascendencia, aspirarla, desearla, negarla, odiarla. Confundir la ciudad mujer con la muerte Poseerla Descubrir una trascendencia otra Negarla, desearla, ur noche, ur mujer, ur ciudad, alcohol, juego, poesía. Y creer que en todo eso Se esconde la noche. Que puede ser una ciudad o una mujer o el alcohol o... Para escribir un nocturno Yo esperé a tener un poco de sueño y dejé que el nocturno me escriba. | Escribir un nocturno es sentarse adentro del obelisco y mirar a los turistas y sus ojos de querer estar ahi: para llegar hace falta caminar el sur y saber qué dice cada adoquín de los que puso un esclavo de algún imperialista inglés Para escribir mil nocturnos las mujeres se enclaustran con Macfadyen y Knightley en la pantalla y chocolate en la mesita y piensan en ese hombre que quieren inventar todas las noches distinto todas las noches igual para no aburrirse en la lluvia y en los besos y nada más. Y ese hombre se inventa solo se dice: soy la trascendencia de una mujer que me espera ella tiene estas piernas ella tiene este cuerpo y su pezón izquierdo tiene forma de diamante me desea y es una cuando camina en la ciudad no se dan cuenta los nocturnos que hacen los dos lo mismo pero al revés -no hay otra forma de hacerlo piensan los turistas que miran y miran en el obelisco o el granito que era antes en algún otro lugar- tengo que comerme a esa mujer piensa el hombre negarla odiarla cogerla amarla mentirla soñarla creerla esperarla tengo que comerme a esa mujer que es también mi muerte mi otra muerte -mi muerte otra- porque sin muerte no nace nueve meses después el nocturno que se esconde en el útero y después se va con sus letras del tamaño de un arroz Pero antes de todo hay que tener un poco de sueño acostarse en el medio de nueve de julio esperar el tránsito y dejarse escribir por la ciudad |
Nocturno
lunes, 14 de noviembre de 2011
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