Cuando cargó la bala el disparo ya estaba hecho. El otro sabiéndose muerto pensó algunos estruendos no tienen nombre, la silla que traba la puerta a veces no se cae nunca. Los pasos rápidos lo acercaron otra vez. Era temprano y las nubes tenían formas de animales. Un elefante idéntico al que vio de chico le hizo decir -no sabe si antes o después- uno sólo puede ser uno mismo viéndose morir, uno sólo puede existir después del disparo. Sucedió No llovía, como decían en la tele. | Cuando cargó la bala El disparo era inevitable Dicen que antes del estruendo Uno puede verse morir. Ella no. Vio un elefante que caminaba y hacía un ruido similar al del arma. Le dijo que la bala no llevaba ningún nombre Que podía elegir Era temprano Se sentó a mirar tele Y no sabía si llovía en su piel O en la pantalla. El disparo alcanzó el vidrio. Las nubes deforman. |
La ciudad es un laberinto que te quiere en todas las salidas
lunes, 14 de noviembre de 2011
Seguidores
Con la tecnología de Blogger.
Publicar un comentario